CONCIERTO en La Tertulia, Clausura de Temporada de FLAMENCO - Julio 2009

CONCIERTO en La Tertulia, Clausura de Temporada de FLAMENCO - Julio 2009
CONCIERTO FLAMENCO - En Sala La Tertulia (GRANADA, ANDALUCÍA, ESPAÑA) - 30 años de Cultura, ocio y Espectáculos en GRANADA

viernes, 27 de marzo de 2009

TEXTO mío publicado en un LIBRO del Festival Nacional de FLAMENCO de Jumilla (Murcia)

PEPE AGUDO (José Agudo Sánchez, 1939-2006)



La campanas de Carmona
no tienen tan buen “sonío”
como tiene tu persona

(Letra popular flamenca, por Tientos)




A muchos les gustaba, o gusta, llamarlo don José, probablemente por el respeto que desde hace tantos años ha inspirado y porque en el pueblo es muy conocido por su labor como maestro. En honor a la verdad, era sin duda de los que más agradaban a los chiquillos, a pesar de “no regalar nada” y de ponerse bastante “serio” cuando veía que la ocasión lo requería. Alumnos de él han comentado más de una vez su carácter distendido y alegre como norma general pero que adquiría la firmeza necesaria cuando las circunstancias lo requerían. Pocos en la comarca eran tan saludados, sus clases eran recordadas y comentadas, y es que él mismo se abría a los demás y siempre procuraba actuar de la forma más correcta y cálida…
Pero para casi todos los que lo conocen ha sido y es Pepe, y así seguiremos hablando de él. No en vano uno de los rasgos más característicos de Pepe Agudo era, como muchos han destacado, su proximidad en el trato, su simpatía y afabilidad: cómo acogía siempre, especialmente en su casa y en nuestra Peña ‘La Parra Flamenca’ de Huétor Vega. Casi sin darse cuenta, se hacía apreciar por los que lo trataron, y mostraba el mismo respeto y sencillez ante alguien de fama que con la persona más modesta y discreta o con un recién llegado a este mundillo que pregunta o pide opinión o comenta. Pero también exigía respeto, y le rebelaba cualquier situación injusta, y aunque fuera con su usual diplomacia, intervenía. Así ocurría en la familia, en la escuela, con amigos o conocidos…

La verdad es que la gente acá a menudo sigue sintiendo y mostrando un buen recuerdo o aprecio hacia su persona y las cosas que hizo… Hace un poco un joven nos comenta: “es curioso, nunca han ido mejor los deportes que en aquella época, y mira la Peña…” también va desgranando experiencias, felicitaciones y, aún más importante, apoyo o cariño…
Sus facetas son más variadas de lo que a veces se puede suponer o creer:

Como maestro supo compaginar la simpatía con la firmeza, en general conseguía una sabia combinación de severidad (justo era, simplemente, o lo intentaba –y en gran medida lo alcanzaba- loablemente) y de trato afable, incluso humor, cotidianeidad, cercanía…

Desempeñó su labor, como decimos, en diversas facetas de este loable y esencial oficio del Magisterio: primero en el Área de Educación Física, después encargándose de Lengua y Literatura y de las Ciencias Sociales, especializándose finalmente en éstas últimas.
Asimismo fue posiblemente el maestro que más se ofreció en el pueblo para acompañar a los alumnos y organizar viajes de estudios y otras visitas y actividades complementarias.
Y, efectivamente, también llevó durante una época el área de Deportes en el pueblo… Recuerdo que entrenó al equipo de voleibol y quedaron los subcampeones de toda la provincia.

Y por supuesto tuvo otras ocupaciones, tareas, alegrías, aficiones… Viajar, escuchar música (también jazz, latinoamericana, etc), el ajedrez, el dominó, el cine (‘West Side Story’ o ‘Zorba el Griego’ eran de sus filmes preferidos)… y desde luego compartir buenos ratos con la familia o con los amigos…


Precisamente fue, en el verano del año 2005, Pregonero de las Fiestas de Huétor Vega (las Mayores, las de San Roque), el pueblo donde vivió tantos años y donde sigue la Peña Flamenca… En el texto que escribió para tal ocasión, incluyó un Breve apunte autobiográfico.

Cómo él mismo explica:

Mi nombre es José Agudo Sánchez, vine al mundo un caluroso día de verano de 1939; nací del vientre de María Sánchez, una santa mujer, de profesión “sus labores”, y nueve meses después de haber sido engendrado por Miguel Agudo, hombre honrado a carta cabal y dedicado a las duras faenas de la agricultura (ambos ya descansan en paz). Vi la primera luz en Pinos Puente, donde vive gran parte de mi larga familia. Allí tengo a mis hermanos Encarnita y Juan, a mis cuñados, muchos sobrinos y una gran cantidad de primos, así como algunos antiguos y buenos amigos.
Hice mis primeros estudios con mi tío D. Benigno Vaquero, hoy ya fallecido. Era un buen maestro y un gran humanista que vivió gran parte de su vida profesional represaliado por el régimen franquista a causa de sus ideas políticas. Realicé los estudios de Magisterio en el Ave María y en la Escuela Normal de Granada, terminándolos a los 19 años.
Un año después, tuve que marchar a Zaragoza para “hacer la mili”. Ese obligado y perdido periodo de la vida masculina de antes que, a casi todos, nos dejó alguna alegre anécdota para contar y muchas para olvidar.
Licenciado ya, trabajé de trabajé de maestro en Madrid, en el Colegio de los Agustinos “Nuestra Sra. Del Buen Concejo”, donde permanecí 5 años. Allí, en la capital de España, aprobé las oposiciones en 1964.
En el 67 me casé en Pinos Puente con Laura Sánchez, mi novia desde la primera juventud. A ella no le agradó la vida en Madrid, y mucho menos el tener que vivir lejos de su familia, por lo que un año después solicité el traslado y volvimos a Granada. Un curso en Loja y varios más en Píñar. En este periodo nacieron mis dos hijas: Cristina y María José (ambas han seguido la tradición paterna y hoy trabajan de maestras). De la mayor, Cristina, tengo una preciosa nieta de 15 años, Cristina Laura; y de Mª José estoy esperando que, dentro de unos meses, y si todo sigue bien, me haga abuelo por segunda vez.
Por desgracia, sólo pude estar casado seis años. La tragedia visitó mi casa en 1973. Ese año, la muerte se llevó a Laura, enferma del corazón, dejándome dolorido con mis dos hijas, de cuatro y cinco años, que, en esos difíciles momentos, fueron mi mayor consuelo y mi mejor estímulo para seguir adelante.
Con el paso del tiempo la terrible herida fue cicatrizando. Y, siete años después, volví a casarme con la que ahora es mi mujer, Visitación García Padilla. Con ella he tenido tres hijos más: Pepe, Rafa y Emilio; a ella y a ellos los conocéis muchos de vosotros…”.




Huelga enumerar y detallar en este momento la multitud de actividades que organizó o en que colaboró, tan variadas e interesantes como aquel primigenio Homenaje a Juan Habichuela (ya en 1989, y que incluyó una Semana de Cultura Flamenca con conciertos, conferencias, exposiciones…), u otros en honor de Manuel Ávila, Félix Grande, Pepe Guardia, Vitorino de Pinos…
los Cursos “Flamenco en los Barrios” durante varios años (de La Platería, por los distritos de Granada y en la Peña La Parra Flamenca),
decenas de Festivales de Huétor Vega y Navidades Flamencas (veladas especiales que prácticamente siempre contaron nada menos que con Juan Habichuela, junto a figuras como Enrique Morente, José Mercé, Chano Lobato, Miguel Poveda, etc), espectáculos benéficos (Instituto Jean Piaget, Asprogrades, …), etc.

Quería aquí (como ya hicimos, quizá más brevemente, en el acto de recuerdo del 17 de febrero en su pueblo natal organizado por la Asociación Cultural Benigno Vaquero; y como por cierto ha hecho el gran y joven cantaor y amigo Juan Pinilla –valiente, clara, acertadamente- al merecerse la última Lámpara Minera de La Unión) romper una lanza a favor de la clara importancia que ha tenido en el origen y esencia del Arte Flamenco la injusticia, el dolor… y asimismo la lucha ante eso, el compromiso sociopolítico… Esas penas y atropellos no han pasado a la Historia, en todo caso han cambiado en parte su forma o su rostro, y por tanto deben seguir formando parte de la expresión flamenca.

Es un gusto o un alivio comprobar cómo nuestros más geniales artistas no son ajenos a estos aspectos, más bien al contrario: ahí tenemos el caso de Enrique Morente, Paco de Lucía, Manolo Sanlúcar o Mario Maya. Algo parecido va ocurriendo con los estudiosos del Flamenco, como Ortiz Nuevo.

Mi padre no era indiferente a estos elementos del Flamenco: de hecho, esa catarsis, esa expresión terrible de las “duquelas” (y también los reflejos entusiastas de las sabias risas y alegrías), esa relación cristalina con nuestras vivencias y -en otro plano- con nuestra Historia… es de lo que más atraía a nuestro Pepe de este Arte, de este pilar (a menudo vilipendiado o soslayado) de la Cultura Andaluza y Española.
Ese estremecedor latido de vida, con sus sinceras luces y sombras…
Ese canto rico, diverso, vivaz… que no cabe en el “roal quitao de en medio” al que le relegaron, y sale gritando suavemente, con su mestizo fulgor, áspera ternura, con su verdad suelta ya pa’ siempre…

Pepe también ha vivido intensas experiencias, ya amargas, ya vitalistas: como botón de muestra, ha contemplado cómo un flamenco cantaba arrodillado por capricho del “señorito” * de turno… Asimismo, por suerte, ha degustado innumerables momentos de satisfacción en compañía de personas como Paco Toronjo o Manuel Molina y tantas otras (con la misma sencillez junto al más ilustre y junto al más humilde, o ante el más anciano y el más niño… lo que valoraba es las ganas, el respeto, el talento, el carácter tratable…) Desde luego no entendía de barreras de “color”, procedencia social, geográfica, etc.

Ayudadme, caballeros,
a dibujar esa rosa,
que estoy solito y no puedo
dibujarla tan hermosa…

La cultura de los pueblos y de los siglos pone un sabio acento en la comunidad, en la ayuda mutua (en un te echo una mano en esto que lo entiendo sin pensar que del otro saldrá seguramente colaborar o comentarnos sobre aquello porque tiene posibilidad…).

La letra anterior se suele oír por cantiñas, otro de los palos (o familias) preferidas por mi padre. Pero no se encerraba en un par de ritmos o de estribillos, incapaz era, y tampoco quería ni le interesaba…

Tan flamenco él, saboreando igualmente la seguiriya y las alegrías. Por su ser pasea como por su casa la más solemne soleá, de barro o madera, y los más hilarantes y nítidos tanguillos, acuáticos, derramando sal y sol.

O como se dice en la familia: Un grano no hace granero, pero ayuda al compañero

En este sentido más de una vez en una juerga (lo cual nada tiene de frívolo) nos han golpeado letras como ésta:

Mira si es buena mi mare,
me está haciendo unos calzones
con los viejos de mi pare.

Experiencias y posturas vitales como ésta son cada vez más incomprensibles desde el prisma del pensamiento único, bajo el sistema capitalista dominante al que aludía Juan (Pinilla) en La Unión.

Pero, a poco que lo pensemos o vivamos mínimamente, entendemos aplastantes confesiones como la siguiente (no las podemos dejar atrás en vano, ni el ciudadano de a pie ni desde las altas esferas de nuestra teórica democracia…):

No tengo más remedio
que agachar mi cabecita
y decir que lo blanco es negro!

¡Hay tantas coplas flamencas que se revelan geniales muestras de poesía popular…! Y en multitud de ellas nos sentimos de pronto totalmente identificados o extasiados…
Muchas de ellas me recuerdan a mi padre o pueden ilustrar estupendamente aspectos de su vida o personalidad o de cómo lo vemos…

Cuando me siento en mi cama
me acuerdo de tu persona.
Yo hablo con las “paeres”
y quiero que me respondan!


A estas personas que de verdad quedan, podemos decirles francamente:

Tu recuerdo es como un río
que va regando la vega
de los pensamientos míos.


Podemos dejarlo por ahora con un cante de la tierra de Pepe Agudo -por favor, escuchémoslo también (dignamente) cantado y tocado…-, una impresionante letra (pocas artes como el Flamenco han reflejado abusos y despropósitos tan magistralmente), una estrofa de Fandangos de Graná (o de Frasquito):

¿Quién los compra?, que los vendo,
los ojitos de mi cara,
quién los compra, que los vendo;
tan pobre me estoy quedando
que hasta los ojillos vendo…
hasta los ojillos vendo!





(*) Como dice agudamente el pueblo, el cantor anónimo:

El dinero es mu bonito,
que tó el que tiene dinero
lo llaman el “señorito”.





Tras cumplirse el primer aniversario (4 de octubre de 2007)

Parece mentira, pero ya hace un año…

Dios, sí? Cómo pasa el tiempo…!”, como me dice un amigo guitarrista que lo conoció, y que lo trató bastante en estos años…

Aunque hay quien asevera que “el tiempo no pasa, somos nosotros los que pasamos”…

Sin embargo, diríase que hay personas que se salen un poco de esta norma o de esta visión (una visión con un punto poético, pesimista quizá, escéptico…).

Personas hay que, sin especial empeño o al menos sin intención ególatra, quedan de alguna manera: en el ejemplo y recuerdo que dejan, y también en sus obras.

Al mar en que navegó mi padre llegan nuevas aguas, pero sus olas siguen viajando, impulsando… refrescando salinas y cañas de azúcar (algo tan nuestro, tan flamenco también desde luego, tan lleno de significados)…
formando parte del barco aunque ahora puede que sea más indirectamente…

Un año hace, sí, de su cambio de casa o de ruta, situación realmente fastidiosa, al menos para nosotros… pero me da por pensar que sigue latiendo con nosotros; sé que si disfruto sinceramente, él está de algún modo disfrutando conmigo; y si hago algo mal o no ha habido suerte, a veces noto que su expresión de preocupación o aliento ayuda a animarme o a que lo piense bien y es un importante impulso para mis pasos…

No está como antes, sino de una manera más sutil y lejana, pero nos dio compañía y risa y apoyo y cariño…
y algo recibe de nosotros
y merece y merece… y quiero que descanse
y se ría y vibre
y nos vea y le veamos
y camine… *
y
nos deja harto consuelo su memoria


(*) o vuele más bien, quizá, en este caso,
y acordándonos de su increíble, breve,
sabroso, feliz, acertado epitafio…

PEPE AGUDO (hijo)
y la Familia.
(0034) 651022309


pepeagudo@gmail.com
...

4 comentarios:

  1. Querido Pepe!
    Adorei o seu blog, e fiquei muito feliz de saber um pouquinho mais sobre você e de quão grande foi seu pai!
    Gostei demais do texto.
    um grande abraço, desde Brasil!!

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  2. ¡Muy buenas!
    Pues, Pepe, no soy de Granada, sino de Barcelona, aunque estoy allí cada dos por tres (tengo familia) por la ciudad y por su arte flamenco, cómo no.

    Ahora voy con algo de prisa, pero en otra ocasión me detengo y leo tu blog, que esta entrada en la que estoy escribiendo me parece interesante.

    ¡Un saludo desde el norte hacia el Sur!

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  3. Querida, queridos..!
    Eu também adoro saber de vocês,
    muito obrigado!
    Fico contente se gostaste/gostaram...

    Até breve, enorme abraço desde a cidade da Alhambra..!!
    :D

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  4. Grande Pepe!! Muy emotivo, te agradezco que compartas vivencias, visiones y recuerdos tan personales!! Un fuerte abrazo

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